martes, 15 de julio de 2008
lunes, 7 de julio de 2008
LA OBRA
En el cuarto de trebejos, Mía encuentra a su amigo de la infancia. ¿Se atreverá a confesarle lo que ha ocurrido en su ausencia? ¿Se atreverá a contarle el secreto más oscuro y doloroso de su vida? ¿Se atreverán ambos a mirar a través de la cerradura?
Público: familiar y escolar
Edad mínima recomendada: 8 años
Duración: 1 hora
Idioma: Español.
Espacio escénico: cerrado
SOBRE LA OBRA
Sinopsis
La obra relata el día en que Mía, una niña pequeña, y su madre deciden escapar de casa aprovechando que el padre se ha ido a trabajar. Cuando ambas están por conseguirlo, éste llega de improviso. Mía es encerrada en el cuarto de trebejos para evitar que escuche la discusión y pelea de los padres. Pero a través de la cerradura la niña entiende todo lo que ocurre. Dentro, descubre a su viejo muñeco de la infancia, Sinforoso a quien, en un principio, quiere ocultarle el dolor de lo que ha significado sus últimos años en casa, rodeada de violencia.
Sobre la obra
Mía es una historia de amor. Mía habría preferido que su padre y su madre no la quisieran tanto a ella y que se quisieran más el uno al otro. Pero ahora Mía ya no sabe qué quiere, si la quieren, si quiere que la quieran. Mía es una historia de terror. Mía está encerrada con su miedo. Sola. Sola con Sinforoso. Mía es la historia de un reencuentro. Mía visita su pasado, habla con él. Mía querría que todo fuera como antes, como ya no es. Como cuando su padre y su madre la llamaron Mía, porque iba a ser de los dos.
A pesar de que la obra gira en torno a un tema tan crudo como los malos tratos, Mía atrapa por su sencillez, por la inteligente ligereza con la que la historia afronta, sin moralejas, la tragedia; por la sorpresa que supone su planteamiento escénico; porque prefiere sugerir en lugar de mostrar de forma explícita… Mía propone con valentía al espectador una mirada privilegiada, por el ojo de la cerradura, sobre el fin de la inocencia, derrotada por el miedo.
A pesar de que la obra gira en torno a un tema tan crudo como los malos tratos, Mía atrapa por su sencillez, por la inteligente ligereza con la que la historia afronta, sin moralejas, la tragedia; por la sorpresa que supone su planteamiento escénico; porque prefiere sugerir en lugar de mostrar de forma explícita… Mía propone con valentía al espectador una mirada privilegiada, por el ojo de la cerradura, sobre el fin de la inocencia, derrotada por el miedo.
Juan L. Berzal
ASITEJ España
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